Restaurante «Posada de la Villa» – Madrid
En la calle principal del Madrid viejo, la Cava Baja, se alza, desde 1642, la Posada de la Villa, primera de la corte y aposento de huéspedes de variada condición hasta 1980. Vencida por el tiempo y amenazada de ruína, Félix Colomo, enamorado de Madrid y del oficio culinario, sale al paso de su desaparición y en 1982 reinaugura como horno de asar, después de dos años de minuciosa restauración artesanal.
La Posada de la Villa es hoy un testimonio del Madrid de siempre, entrañable y acogedor, clásico y confortable.
El Jurado reconoce en el restaurante abierto desde hace un cuarto de siglo la fama que ha alcanzado «a base del desarrollo de la cocina autóctona». En definitiva «platos genuinos que componen la rica cocina de la región capitalina con vigencia superior a los 25 años».
La especialidad principal del establecimiento capitalino son los platos tradicionales, como el cordero lechal asado en cazuelas de barro en el antiguo horno de leña árabe o el cocido hecho en puchero de barro y puesto a la ceniza de paja y troncos de encina.
El Jurado también reconoció en el restaurante, la presencia de destacadas personalidades de la vida social y política del país, como los Reyes de España, Miguel Indurain o Antonio Banderas, presencia que «avala la calidad de un establecimiento ubicado en un lugar de encuentro entre viajeros y comerciantes que intercambiaban sus mercadurías, compartían comidas y tomaban vinos desde el siglo XVIII».