En Galicia, el número de personas mayores de 65 años aumenta cada año, suponiendo un cuarto de la población gallega, casi 700.000 personas.
Muchos de ellos/as todavía tienen ganas de aprender y adaptarse a la nueva sociedad que estamos creando, basada en la tecnología y la digitalización. Una de las participantes que asistió ayer al curso “Mellor acompañad@s” que impartió la entidad en Ribadumia, fue Dolores Abuín (93 años), maestra de profesión que asumió el cargo de alcaldesa del ayuntamiento de Valga y posteriormente el de Ribadumia en tiempos de transición. El objetivo de estos cursos es el de reducir la brecha digital entre la población que se encuentra en esta situación y que atiende la Fundación para evitar los procesos de exclusión social por motivos de edad, nivel educativo o zona de residencia, a lo que Dolores añade “la edad no es un impedimento para aprender. Quizás hay gente a la que no le interesa, pero a mí sí, no me quiero quedar atrás.”
El camino a la digitalización tiene ventajas palpables e indiscutibles para todos/as, pero las personas de edad avanzada en muchas ocasiones no consiguen seguir el ritmo de la tecnología y se sienten frustradas, por eso es tan importante llevarlas de la mano, porque sino “los mayores se quedan atrás si nadie les enseña, yo noté que estaba totalmente ajena a todo esto y ahora, con los cursos, me doy cuenta de que estoy un poco mejor”, puntualiza la exalcaldesa.
Por otro lado, la nonagenaria afirma que está totalmente de acuerdo con la modernización de la sociedad, pero considera que “los jóvenes de ahora quieren vivir de una forma muy distinta a como vivíamos antes, que trabajábamos mucho más para conseguir mucho menos, y no es que su forma de vida sea peor, pero tiene sus inconvenientes, entre ellos, la despreocupación por los mayores”.
La gestión pública a través de aplicaciones, el cierre de sucursales bancarias y la falta de atención presencial en muchas zonas de Galicia hace patente la necesidad de digitalización en generaciones de edad avanzada para que puedan ser totalmente autónomos/as. Dolores comparte que “aunque hay muchas cosas que ya no puedo hacer sola, quiero seguir mejorando, tengo ganas de hacer cosas. Yo toda mi vida fui muy trabajadora, tanto para mí como para los demás, y es difícil ver como hay cosas que ya no puedes hacer, por eso es extraordinario volver a tener cierta autonomía, por ejemplo, aprendí a hacer videollamadas, sobre todo a mis bisnietas, que son jóvenes y ellas ya nacieron con eso”
Es importante animar a los mayores a realizar este tipo de actividades que además de promover su autonomía, sirven para estimular cognitivamente a los/as usuarios/as, contribuyendo a la mejora de su memoria, orientación, atención, concentración y motricidad fina.
Durante su etapa como alcaldesa, Dolores Abuín no disponía de tantos medios para gobernar como hoy en día y afirma que “estas iniciativas me parecen estupendas, porque es bueno para todos, los jóvenes aprenden de nosotros y nosotros de ellos, porque en muchas cosas ellos saben más. En el curso aprendí a moverme con mi tablet, aun no estoy del todo segura, pero lo que aprendí ya me vale un montón, ahora sé cuándo tengo que decir que no sé hacer algo o preguntar como tengo que hacer esto o lo otro”.
La exalcaldesa de Ribadumia está convencida de que “si las personas mayores tienen ganas pueden conseguirlo, yo lo conseguí a base de esfuerzos, trabajando siempre para mejorar, sacrificándome, porque son más importantes las ganas que la edad”; y pone fin diciendo que “repetiría la experiencia sin lugar a dudas, pero ya no me va a hacer falta porque ahora voy a estar mucho más preparada”.